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La espada de Damocles

La tentación no pudo con nosotros.

Este fin de semana, he visitado Cáceres. Después de dar una vuelta por la plaza y comer un helado,  empecé a subir por la calle Pintores y en ese momento pasamos por una bocatería y Carmen me comentó; “mira donde yo me compraba un bocata antes de subir a la Madrila, ¿tu no?”.

En ese momento yo le miré y le contesté; “Como me decía Mario, todo el dinero que nos gastemos ahora, son cubatas que no nos beberemos” así  que Mario y yo subíamos a la Madrila sin caer en la tentación de los bocadillos calentitos y crujientes.

A eso se le llama fuerza de voluntad.

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